Apenas después de realizar su primer mitin político desde que dejó la Casa Blanca, el expresidente Donald Trump atrajo nuevamente los reflectores con una visita este miércoles a la frontera sur, donde criticó las políticas de inmigración del mandatario Joe Biden en medio de un aumento de los cruces de migrantes a sus niveles más altos en décadas.
Trump fue invitado al sur de Texas por el gobernador estatal, Greg Abbott, y lo acompañaron un grupo de representantes republicanos que viajaron desde Washington. Abbott, que desea ser reelegido el año entrante y es considerado posible candidato presidencial para 2024, ha retomado la postura de inmigración de Trump y se comprometió a continuar la construcción del muro en la frontera con México, que el gobierno de Biden ha suspendido.
Con el exmandatario también estuvieron varios exmiembros de su gobierno, incluyendo al exsecretario interino de seguridad nacional, lo que le dio al evento un aire de ser un viaje al pasado con Trump, quien insiste equivocadamente en que ganó las elecciones de 2020. No hay evidencias del fraude generalizado que alega el expresidente.
La visita pone de relieve hasta qué punto los republicanos, a nivel nacional y estatal, continúan considerando a Trump su líder, a pesar de su derrota en noviembre y sus persistentes falsedades electorales. También muestra cómo el Partido Republicano está respaldando firmemente el control de la inmigración, tema distintivo de Trump, con vistas a recuperar el control del Congreso en los comicios de medio periodo del año entrante.
El acto tiene lugar un día antes de que a la compañía de Trump y su jefe de finanzas de mucho tiempo se les acuse, según se prevé, de delitos fiscales derivados de una investigación en Nueva York a acuerdos de negocios del expresidente, dijeron personas enteradas del asunto a The Associated Press. Trump no respondió a preguntas que se le gritaban sobre las acusaciones cuando participó este miércoles en una sesión informativa con funcionarios estatales.
Aunque Biden goza de una alta tasa de aprobación en los primeros meses de su gobierno, la inmigración ha sido persistentemente un punto débil. Según una encuesta difundida en mayo de Associated Press-Centro NORC para la Investigación de Asuntos Públicos, más de la mitad de los estadounidenses, el 54 por ciento, desaprueban la forma en que Biden ha manejado el tema, en comparación con 43 por ciento que están de acuerdo. Y un sondeo reciente de la Universidad Quinnipiac entre electores de Texas halló que el 64 por ciento desaprueban la manera en que Biden está manejando la situación en la frontera, y que 29 por ciento la aprueban. Abbott sale mejor librado en el tema, con los votantes divididos 46-47 por ciento