En diversas culturas se vincula el cuerpo y la mente, por eso, no suena descabellado relacionar que el alimento que nutre al cuerpo también lo hace con la mente.
La malnutrición altera el conjunto de capacidades cognitivas que engloban procesos como la percepción, el pensamiento, la conciencia, la memoria y la imaginación, dijo el Dr. Alberto Molas.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018 más de 74% de los mexicanos mayores de 20 años tiene sobrepeso u obesidad, lo que ocasionan lesiones en el organismo con implicaciones diversos órganos, entre ellos, el cerebro que procesa las funciones de la mente.
El estado nutricional del organismo determina la salud mental de los individuos. El déficit de nutrientes, como los ácidos grasos esenciales (Omega 3), el hierro, el folato, la vitamina B12, el selenio o el calcio implican problemas de salud, entre ellos, depresión, demencia, falta de concentración, entre otros, abundó el especialista.
Además de la dieta hay otros factores ligados al estilo de vida, estrechamente relacionados con el sedentarismo y el estrés, que es la tensión ocasionada por situaciones agobiantes que se relacionan con el ritmo de vida acelerado que mantenemos, lo que ocasiona que algunas personas coman en exceso, sin horario establecido o simplemente realicen ayunos prolongados; esos “malos” hábitos favorecen el sobrepeso y obesidad. “El sobrepeso llama a la obesidad para más enfermedad”, finalizó.