A medida que el año llega a su fin, las uvas se convierten en el centro de atención en los mercados de la capital yucateca, alcanzando precios que oscilan entre los 90 y 150 pesos por kilo. A pesar de este costo elevado, las familias locales no escatiman esfuerzos para adquirirlas y asegurar su presencia en la cena de fin de año.
El codiciado fruto se erige como el protagonista indiscutible de la Nochevieja, generando una importante derrama económica durante la última semana del año. En los mercados, se observa a numerosos pobladores asegurándose de comprar suficientes kilos para todos los miembros de la familia, conscientes de que la uva es fundamental para realizar los tradicionales doce deseos al dar la bienvenida al nuevo año.
En el mercado Lucas de Gálvez, los comerciantes señalan que los precios podrían aumentar entre el 30 y el 31 de diciembre, alcanzando incluso los 160 ó 170 pesos por kilo, dado que la demanda es elevada tanto entre particulares como en el sector de restaurantes y bares.
«La uva tiene una gran demanda en este momento. Las familias las compran para pedir sus deseos y llevan dos o tres kilos dependiendo del número de integrantes. Los restaurantes también compran mucho, ya que la necesitan para bebidas y para ofrecer las 12 uvas en sus paquetes de fin de año», enfatizó Rosy, una de las vendedoras del mercado.
Algunos comerciantes revelan que el precio está relacionado con la calidad de la uva, destacando que hay una variedad más pequeña, pero que rinde mucho más, aunque no es tan vistosa como la variedad premium, que es más grande y tiene un costo mayor.
«La variedad premium que tenemos es la misma que venden en Costco y Sams, pero más barata. Ellos la tienen a 200 pesos», presumió Andrés, otro vendedor de la central de abastos.
Los vendedores subrayan que la uva es un producto que siempre se vende bien en esta temporada, ya que es indispensable en la celebración de Año Nuevo. «Puede no haber cena, pero las uvas siempre están presentes», comentaron los vendedores.
Además de las uvas, también se observa una amplia demanda de otras frutas como manzanas, fresas, así como frutos secos como nueces y avellanas, utilizados en la elaboración de los tradicionales platillos para la última cena del año, una celebración familiar imperdible para la mayoría de las familias yucatecas.